jueves, 4 de octubre de 2007

Jorge Guinzburg Hablo de la SALUD, TRABAJO y PROGRAMA


“Todos los días, desde empezado el ciclo, me levanté a las 05:30 para ser el número uno, pero sigo siendo el de siempre, feliz de saber que mi triunfo no mata a ninguno de mis colegas de la competencia”, asintió en ese momento en que su debut comenzaba a reestructurar las pautas televisivas para siempre. “´Mañanas informales` me enseñó que día a día hay que saber superar la propuesta. Cambiamos el despertador del público, duplicamos el encendido a las 09:30, e inauguramos un nuevo prime time en la televisión.”
500 emisiones: “500 razones de felicidad. Esto significan 1.750 horas en el aire, algo así como 10 años de cualquier ciclo normal. Y poder celebrarlas con este grupo de amigos resulta un placer enorme”.
Jorge asegura que no hay día que despierte pensando en modificar alguna cosa del formato habitual y que, a partir de estos primeros 500 programas, le es difícil imaginar cómo será el ciclo cuando logre alcanzar los 1.000. Pero hay una clave para la fidelidad: “Siento que se trata del equilibrio entre lo periodístico y la locura espontánea. Trabajo pensando en que aquellos que ven `Mañanas Informales` puedan informarse sobre todo lo que está pasando y, a pesar de todo, sigan conservando el buen humor”.
Pero, ¿cuál ha sido la causa real de su ausencia? “Es consecuencia de un tema histórico, mi viejo problema bronquial. Un resabio de mi infancia que cada tanto, me juega una mala pasada. Y este año me afectó más que de costumbre. El 9 de Julio, por ejemplo, mientras todos festejaban la caída de los copos de nieve, yo hubiese preferido una ola de calor con incendio forestal incluido”, afirma.
Y, sobre cómo sobrelleva este momento, Guinzburg responde: “Una pregunta mucho más fácil de responder hoy, cuando me siento mejor y a punto de retomar las actividades. Si me la hubieses hecho hace un mes, habría contestado: `Mirame bien, y te vas a dar cuenta`”.
Pasaron más de 60 días, desde que el médico sugirió reposo absoluto. “Cuando comencé a darme cuenta de que no me sentía bien, no quedó otra que parar un poco y consultar a los que saben” –dice-. Pero sabiendo de su hiperactividad, surge el interrogante: ¿Cómo se logra mantener a Guinzburg en casa? “Fueron dos meses de un Jorge muy casero, escribo bastante, adelanté la lectura de varios libros que tenía postergados y, por supuesto, me dediqué a ver mucha televisión”, confiesa
¿Qué quisiera que la gente lea a través de esta nota? Jorge Guinzburg responde así: “Simplemente quisiera expresarles mi agradecimiento y decirles que, si bien la ciencia hizo todo lo que pudo, ya estoy bastante bien y en condiciones de seguir fastidiándolos como siempre”.
Revista Caras

1 comentario:

La Mascarada dijo...

Lamentablemente tiene algo más grave pero ojalá tenga las fuerzas necesarias para sobrellevarla, junto a su flia y amigos. Aguante Jorge!

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