La cantante y actriz Brtney Spears volvió al escenario después de un tiempo que, para una estrella, es largo. Ayer en los premios MTV la cara de asombro no se podía desdibujar de los espectadores, quienes veían como la ex - princesa del pop - se desplazaba por el escenario de una forma irreconocible en su cuerpo. Obviamente los cambios físicos en ella no pasan facilmente desapercibidos, pero sería muy cruel criticarla en ese sentido ya que fue madre en la transición de su ausencia.
Pero su desenvolvimiento en escena no fue vistoso para los ojos testigos. Sus pasos eran lentos y fuera de tiempo, la coordinación entre la pista que sonaba y su movimiento de labios era asimétrico y hasta tapaba su boca para que no fuera tan elocuente. Era como si sus neurotransmisores estuviesen en interferencia.
Toda la expectativa que se había formado en torno hasta a este gran regreso terminó siendo una enorme decepción para todos los que una vez la quisieron como artista y, para quienes no, un asombro perplejo.
Lo que parecía ser un retorno al estrellato, fue un estrepitoso golpe que demuestra hasta donde las adicciones afectaron el dinamismo y la agilidad de una "cinderella" a la que el reloj le está marcando las doce en punto.
Gabriel Alejandro
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